30/1/10

Ideas del culo del mundo SRL presenta: El cerdito hot y otros relatos. (1 de 3)

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La primera dama había terminado de leer las últimas encuestas sobre su popularidad y se plantó frente a su esposo haciendo pucheros.
- Esto es intolerable, Adolf, los conspiradores están truchando las encuestas, cuando todos sabemos que el espejo-espejito me dice que soy la más linda, la más inteligente y la mejor vestida. ¿Qué pensás hacer al respecto, darling?
Adolf pensó un rato mientras le clavaba alfileres a un muñequito de trapo con cara de Cleto y con la otra mano le acomodaba los labios a su esposa como si moldeara un pedazo de masilla hasta formar una sonrisa.
- Ahí, así, quedate así que no puedo estar acomodándote la cara a cada rato, tesoro-. le dijo visiblemente molesto.
- ¡No me nombres al tesoro! ¡No me lo nombres! ¡Ese traidor..!-. dijo ella buscando en su bolso de carpincho un muñequito con cara de Golden Boy todo pinchado y tragando una píldora de color rosado.
- Mirá, mamita, no te preocupes. Vamos a comer el chochán al asador que preparó la gorda Délia y mientras planeamos algo.
- Oia-, dijo ella- ¡Que buenas son estas píldoras, ya estoy viendo la realidad de otro color!
- Y preparate para después del banquete que viene el postre con cuerito y todo-. dijo Adolf guiñándole un ojo al glaciar.
Después del opíparo banquete la primera dama y su amado consorte se retiraron a sus palaciegos aposentos a descansar.
- No te olvides de traer “eso”-. dijo ella entrecerrando los ojos en un mohín hot.
- No me olvido, miamor-. dijo Adolf ayudándola a levantar los párpados mientras le mostraba una cajita de profilácticos.
- ¡Mirá, mamita, estos son los que más me gustan!
Y empezó a inflar uno con cara de Daniel S.
- Ni se te ocurra pincharlo-. dijo ella- hasta ahora nos ha resultado muy útil.
Continuará

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